¿Te estás planteando iniciar tu propio negocio y no sabes qué tipo de figura legal te conviene más? ¿Dudas entre ser empresario individual o constituir una sociedad mercantil? ¿Te gustaría conocer las ventajas y desventajas de cada opción antes de tomar una decisión? ¡Estás en el sitio correcto! Elegir entre ser empresario individual o crear una sociedad mercantil es una de las decisiones más importantes para cualquier emprendedor, ya que de ella dependerán aspectos clave como la responsabilidad, la fiscalidad y la gestión del proyecto.
Al iniciar un proyecto empresarial, una de las primeras decisiones que cualquier emprendedor debe tomar es elegir la forma jurídica que adoptará su negocio. Esta elección es crucial, ya que afectará tanto a la estructura fiscal y legal de la empresa como a su funcionamiento diario, y sobre todo, a la responsabilidad personal frente a las deudas. En este artículo, te ayudaremos a comprender las dos formas jurídicas más comunes en España: el empresario individual y la sociedad mercantil (principalmente, la sociedad limitada). Aunque la fiscalidad suele ser uno de los factores determinantes, existen otros aspectos importantes que deben ser considerados.
Índice de contenidos
Qué diferencia hay entre un empresario individual y una sociedad mercantil
La principal diferencia entre un empresario individual y una sociedad mercantil radica en la naturaleza jurídica y la responsabilidad legal. Un empresario individual es una persona física que actúa por cuenta propia. Esto significa que no hay distinción entre su patrimonio personal y el del negocio. El empresario responde con sus bienes personales ante cualquier deuda u obligación que genere su actividad empresarial.
Por otro lado, una sociedad mercantil, como una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SL) o una Sociedad Anónima (SA), es una persona jurídica independiente. Esto quiere decir que los socios de la sociedad no responden personalmente por las deudas del negocio; su responsabilidad está limitada al capital que hayan aportado. Este aspecto proporciona mayor seguridad a los emprendedores, especialmente cuando se trata de actividades empresariales con riesgos financieros.
Aspectos Fiscales para el empresario individual y la sociedad mercantil
Desde una perspectiva fiscal, las diferencias entre un empresario individual y una sociedad mercantil son significativas.
Régimen fiscal del empresario individual
El empresario individual, en ocasiones, denominado «autónomo«, tributa a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), bajo dos regímenes fiscales posibles:
- Estimación Directa (normal o simplificada, dependiendo del nivel de su facturación).
- Estimación Objetiva o «módulos», aplicable a ciertos sectores y condiciones específicas.
El tipo impositivo en IRPF es progresivo, lo que significa que, cuanto mayores sean los ingresos, mayor será el porcentaje a pagar. Este sistema puede resultar beneficioso en los primeros años de actividad, cuando los beneficios son reducidos o incluso hay pérdidas, ya que no se incrementa la progresividad del impuesto.
Régimen fiscal de la Sociedad Mercantil
Por su parte, las sociedades mercantiles tributan a través del Impuesto de Sociedades, que tiene un tipo impositivo fijo, en la actualidad del 23% (cifra de negocios inferior a 1millon Euros) y el 25% en las sociedades con cifra de negocios superior al millón de Euros, y además existen, algunas particularidades, como es el caso de las sociedades que inicien una «nueva actividad» y pueden acogerse a un tipo reducido del 15% durante los dos primeros ejercicios en los que obtengan beneficios.
Cuándo Cambiar de Empresario Individual a Sociedad
Cuándo es el momento ideal para cambiar de empresario individual a sociedad mercantil es una de las preguntas más comunes entre los emprendedores es cuándo resulta conveniente cambiar de empresario individual a sociedad mercantil.
En términos generales, puede ser más conveniente constituir una sociedad limitada cuando los beneficios anuales superan los 50.000 euros, ya que se evitará el incremento progresivo del IRPF y si se planea reinvertir los beneficios en la empresa, la opción de sociedad mercantil es más atractiva. Además, si el negocio empieza a requerir una estructura más compleja, con más empleados o mayor inversión, una sociedad mercantil puede ofrecer una flexibilidad y protección mayores.
Otra razón para constituir una sociedad mercantil es la protección del patrimonio personal. Si el negocio puede tener riesgos elevados o es probable que incurra en deudas importantes, una sociedad mercantil te permitirá proteger tus bienes personales al limitar tu responsabilidad a la aportación realizada en el capital social.
Aspectos Laborales
Tanto los empresarios individuales como los socios administradores de una sociedad mercantil deben darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). En ambos casos, se considera trabajador autónomo a quien realiza una actividad económica de forma habitual, personal y directa, sin contrato laboral.
En el caso de algunos profesionales colegiados, como abogados o arquitectos, es posible optar por una Mutualidad de Previsión Social en lugar de cotizar en el régimen de la Seguridad Social, lo que puede ofrecer diferentes ventajas y condiciones en términos de cotización y prestaciones.
Y en el caso de tener que contratar trabajadores, siempre recomendamos asesoramiento laboral para que te informen de los modelos de contrato, condiciones y todo lo relativo a la gestión del personal.
Otros Factores clave a Considerar
Uno de los factores que puede influir en la elección entre ser empresario individual o constituir una sociedad mercantil son los trámites necesarios para cada opción.
Darse de alta como empresario individual es un proceso sencillo. Solo es necesario registrarse en Hacienda y en la Seguridad Social. No se requiere ninguna formalidad adicional ni intervención de un notario.
En cambio, la constitución de una sociedad mercantil requiere más pasos y trámites burocráticos. Para comenzar, es necesario otorgar una escritura pública ante notario, inscribirse en el Registro Mercantil, y obtener el NIF (Número de Identificación Fiscal). Además, para constituir una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SL), se puede realizar desde un euro, aunque la mejor opción es dejarse asesorar por un Abogado o Asesor Fiscal y contar con un capital social mínimo de 3.000 euros para invertir en tu empresa, mientras que para una Sociedad Anónima (SA), el capital mínimo es de 60.000 euros.
#1 Trámites de Constitución
Crear una sociedad mercantil requiere más trámites burocráticos y tiempo que establecerse como empresario individual. La constitución de una sociedad implica redactar una escritura pública ante notario, inscribirse en el Registro Mercantil, y realizar diversos trámites ante Hacienda y la Seguridad Social. Por el contrario, un empresario individual sólo necesita darse de alta en Hacienda y la Seguridad Social.
#2 Capital Inicial
Ser empresario individual no exige un capital mínimo de inicio. Y actualmente se puede constituir una S.L. Responsabilidad Limitada, con 1 euros, aunque para que puedas elegir y exponer claramente en tus Estatutos sociales todas las peculiaridades que la ley te permite, recomendamos constituir una sociedad limitada (SL) con la intervención de asesores, abogados y notario que te informarán con más detalle, y en este caso, sí se requiere un capital mínimo de 3.000 euros, y para una sociedad anónima (SA) el mínimo asciende a 60.000 euros.
#3 Responsabilidad Patrimonial. La importancia de proteger tu patrimonio
La responsabilidad es uno de los factores más importantes al tomar esta decisión. Un empresario individual tiene responsabilidad ilimitada, es decir, responde con todos sus bienes personales ante las deudas del negocio.
En cambio, en una sociedad mercantil, la responsabilidad está limitada al capital social aportado, protegiendo así el patrimonio personal de los socios. Esta protección puede ser crucial, especialmente en sectores o actividades que implican un alto grado de incertidumbre o riesgo financiero.
#4 Obligaciones Contables
Las obligaciones contables de un empresario individual son más sencillas. El empresario individual solo necesita llevar libros de ingresos, gastos y bienes de inversión, así como los registros del IVA.
En cambio, una sociedad mercantil debe llevar una contabilidad mucho más exhaustiva y cumplir con una serie de formalidades legales, como la legalización de libros oficiales y la presentación de cuentas anuales en el Registro Mercantil.
Cómo Elegir entre Empresario Individual y Sociedad Mercantil
No existe una respuesta única. La elección entre empresario individual y sociedad mercantil dependerá de factores como el nivel de beneficios, la reinversión de capital en el negocio y el riesgo patrimonial que el empresario esté dispuesto a asumir, y en estos casos, siempre es recomendable el asesoramiento experto de asesores y abogados que te van a asesorar de forma personalizada, en función de tus necesidades reales.
En líneas generales, la elección dependerá de lo siguiente:
- Empresario individual: es la mejor opción para aquellos que empiezan con un proyecto pequeño y con beneficios modestos, o si no están dispuestos a asumir los costes de constituir y mantener una sociedad.
- Sociedad mercantil: se recomienda cuando se espera un crecimiento considerable del negocio, cuando los beneficios son mayores de 50.000 euros o si se quiere proteger el patrimonio personal de posibles deudas del negocio.
Consideraciones Finales a la hora de elegir entre Empresario Individual y la Sociedad Mercantil
Si bien muchos emprendedores optan por iniciar su actividad como empresarios individuales debido a la simplicidad y menores costes iniciales, cuando el negocio empieza a generar beneficios significativos y se incrementa la posible responsabilidad, el paso a sociedad mercantil suele ser la opción más beneficiosa a largo plazo, para gozar de mayor seguridad jurídica.
Es recomendable, en cualquier caso, realizar un análisis personalizado de cada situación, ya que las particularidades fiscales y laborales, así como los riesgos asociados, pueden variar en función del tipo de actividad y el nivel de beneficios esperados.
A la hora de elegir entre empresario individual y sociedad mercantil, es fundamental reconocer que cada opción tiene su propio impacto en el ecosistema empresarial y económico. Comprender estas diferencias te permitirá tomar decisiones informadas que impulsen tu emprendimiento. En EMLB Asociados, contamos con más de 25 años de experiencia asesorando a emprendedores como tú. Te invitamos a contactarnos sin compromiso; ofrecemos una primera asesoría gratuita para presentarte una propuesta personalizada que se ajuste a tus necesidades específicas.