El Banco Popular dispuesto a evitar una inyección de capital público y mantener su independencia. Ayer confirmó su intención de captar 2.500 millones de euros mediante una ampliación de capital. Para lograrlo, sin embargo, la entidad asumirá unas pérdidas de 2.300 millones este ejercicio, después de acelerar el saneamiento de activos inmobiliarios de difícil recuperación. Además, la entidad que preside Ángel Ron suspende el pago del dividendo del último trimestre del año, previsto para octubre, aunque para 2013 lo recupera con un pay out (porcentaje de beneficios que se reparte a los accionistas) del 50%.
El Ibex cerró ayer con un alza del 0,98% en los 7.783,9 puntos. La renovada confianza en la banca española se ha reflejado también en las Bolsas europeas, que también se han animado tras conocerse que la actividad manufacturera en la zona euro se contrajo en septiembre menos de lo estimado inicialmente. Los analistas esperan nuevas medidas de impulso con el fin de evitar que China crezca menos del 7,5%, objetivo oficial marcado para este año y que, con todo, sería el avance más lento desde la década de los noventa. En Japón, la confianza en el sector industrial cayó en el pasado trimestre y las exportaciones de Corea del Sur cayeron por tercer mes consecutivo.
Santander y BBVA repartirán su dividendo trimestral en las próximas semanas, y, como ya viene siendo habitual, darán la oportunidad a sus accionistas a elegir la retribución en títulos o en efectivo. Es su último reparto del año, por lo que es el momento de sacar el máximo partido a las ventajas fiscales. Hasta ahora, los accionistas a los que se les ha ofrecido el ‘scrip dividend’ se han decantado mayoritariamente por el cobro en acciones. Una tercera opción es vender los derechos que otorgan los bancos (uno por acción y que son los que se cambian por las acciones nuevas en la proporción que fije cada compañía), antes de la fecha de canje, cuando todavía están cotizando en el mercado. En cualquier caso, el accionista puede combinar las tres opciones en función de sus necesidades.
La burbuja comercial de A Coruña parece desinflarse. Las grandes superficies coruñesas se vacían ante la sobreoferta y caída del consumo. “Esto es insostenible”. Con esa claridad se expresa el decano del Colexio de Economistas de A Coruña. A día de hoy, una ciudad de 250.000 habitantes con 12 centros comerciales y 427.596 metros cuadrados de superficie bruta alquilable, lo que sitúa la ratio de metros cuadrados comerciales por cada mil habitantes en 1.725, una media que quintuplica la del estado. Todo ello teniendo en cuenta que, desde 2008, la superficie de metros cuadrados comerciales se incrementó un 257%, con la especial aportación de Marineda City, que alberga el 46% de la oferta total de la ciudad. Con este panorama “es lógico que las marcas opten por priorizar su presencia en determinadas superficies, desestimándola en otras”.